Nutrición y emociones

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Lo que comemos puede modificar nuestro humor, mejorar nuestra lucidez mental e descarga (5)incluso el comportamiento, como se ha encargado de demostrar la neurociencia en la última década. Comentamos algunas recomendaciones para incrementar nuestro bienestar:

Empezamos por la sal. En las últimas encuestas nos informan de que el consumo diario por persona es de 10 gramos, el doble de lo que necesitamos. La explicación evolutiva, nos  indica que el sodio es el encargado de transmitir la información entre las neuronas, además activa los circuitos mentales del bienestar y la recompensa, de forma que funciona también como una droga muy adictiva. Aconsejamos, como en todo, el equilibrio, ya que un consumo abusivo de sal puede elevar nuestra tensión sanguínea.

No todas las grasas son malas. De hecho, resultan imprescindibles para pensar de una forma adecuada, ya que los lípidos constituyen el 60% del peso cerebral en seco. Las más recomendadas en la alimentación son los ácidos grasos esenciales omega- 3 y omega- 6, que se concentran en la sinapsis, esto es, los puntos donde las neuronas intercambian información. Sólo los obtenemos a través de la dieta, ya que nuestro cuerpo no es capaz de sintetizrlos.los encontramos en:

  • Los Omega- 3, en pescados como el salmón, la sardina el atún y la caballa.
  • El omega- 6, en los aceites vegetales, como lo del maíz, girasol y soja.

El omega- 3, aumenta la secreción de serotonina, la hormona del bienestar. Además, los investigadores de la universidad suiza de Lausana, concluyen que tomar suplementos diarios durante tres semanas, reducía drásticamente la fabricación de hormonas relacionadas con el estrés, sobre todo cortisol y adrenalina.

Añadir semillas de sésamo al menú del día, puede compensar el déficit del aminoácido treonina, relacionado con la tristeza crónica. En este sentido, también es aconsejable el azafrán y las pipas de calabaza, ricas en zinc.