La astenia privameral

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La astenia primaveral, como nombre indica, se inicia al llegar la primavera, y se caracteriza por una sensación de debilidad física y de cansancio intenso. Esta sensación de fatiga no es grave, pero lo cierto es que reduce la capacidad para hacer cualquier tarea.

No aparece después de realizar un gran esfuerzo físico, como sería lo normal, sino que se manifiesta cuando realizamos actividades de nuestro día a día, incluso las más sencillas, es más la astenia puede manifestarse de forma constante sin que se haya realizado ningún esfuerzo.

 Un 2% de la población sufre astenia primaveral a lo largo de su vida, y  afecta más a las mujeres que a los hombres, principalmente en las edades que se producen cambios orgánicos importantes.

Sus causas no se conocen con exactitud, pero se cree que está relacionada con el cambio climatológico y la adaptación del cuerpo a la nueva estación, con sus condiciones variables en lo que a presión atmosférica, humedad ambiental, horas de luz y cambios horarios se refiere. También se ha sugerido que puede tener relación con los procesos alérgicos, tan frecuentes en esta época del año. Otros autores llegan a la conclusión de que esta causada por un disminución de betaendorfinas en plasma, sustancias producidas por el propio cuerpo, que regulan el sistema bienestar – malestar, que al alterarse puede producir una sensación de decaimiento.

A pesar de que la astenia primaveral no es grave, podemos anticiparnos a esta situación siguiendo unas pautas que nos ayuden a prevenirla o al menos a amortiguarla.

Resulta de gran ayuda adoptar una dieta saludable, baja en grasas y alta en fibras, con abundancia de vegetales y frutas frescas. Legumbres, pasta, pan y cereales constituyen una buena fuente de energía, y la vitamina C, presente en fresas, kiwis y cítricos, contribuye a contrarrestar la pérdida de líquidos. Los alimentos ricos en zinc, como el hígado, espinacas y lentejas previenen la aparición de anemias. También es aconsejable beber como mínimo dos litros de agua diarios, para mantener el organismo bien hidratado.

El ejercicio físico apetece en esta época. Un paseo diario de 45 minutos, siempre es satisfactorio. De igual forma, es aconsejable realizar cualquier ejercicio físico moderado, especialmente si se realiza al aire libre. Podemos aprovechar la llegada el buen tiempo para disfrutar del sol en cualquier parque o en las preciosas playas  de nuestra localidad.

También ayuda mantener horarios fijos, tanto en las comidas como para acostarse y levantarse. Y no olvides fomentar todo o posible el optimismo, descubriendo lo positivo de la estación que acabamos de estrenar.