La timidez podría definirse como un miedo social moderado, donde el nivel de malestar físico y emocional no es muy alto, es decir, el grado de nerviosismo y de sensaciones físicas no es limitante para quien la padece. La fobia social no es más que una timidez exacerbada y se caracteriza por un temor continuo e incontrolable a enfrentar determinadas o todas las situaciones sociales.
¿Cómo podemos distinguir la timidez de la fobia social? Todas las personas tímidas experimentan un cierto temor a afrontar situaciones sociales, pero ello no las incapacita y por tanto, aunque lo pasen mal al principio, son capaces de afrontarlas. El problema surge cuando, para la persona tímida, esas situaciones le generan un alto grado de malestar, que se traduce en un sentimiento de angustia y pánico.
Es entonces, cuando un tímido empieza a evitar compromisos sociales que pueden llevarle a estas emociones, y para ello se sirve de todo tipo de excusas. Comienza a vivir condicionado por su fobia social, que lo limita, incapacita y le impide llevar una vida normal. En algunos casos, llegan a “encerrarse” en casa, perdiendo de esta forma, una etapa de aprendizaje de comportamientos sociales que luego le incapacitará o le dificultará afrontar estas situaciones.
Tal es el miedo que la persona con fobia social experimenta al enfrentarse a situaciones sociales, que este termina por traducirse en síntomas fisiológicos como rigidez muscular, sudoración, temblores, taquicardia, sensación de mareo, vértigos.
La persona que tiene este problema sufre muchísimo, aunque este sufrimiento pueda ser bien disimulado ante familiares y amigos. Reconoce que el miedo es irracional y excesivo, aunque no puede evitar que le paralice incapacite.
La fobia social suele aparecer en la adolescencia, generalmente a partir de los 10 años y afecta entre el 1,5% y el 3,5% de la población. Aproximadamente el 20 % de la población general sufre timidez. Las personas con fobia social busca ayuda tarde, entre los 6 y los 20 años de estar sufriendo el problema. La explicación para este fenómeno puede ser múltiple: la timidez se considera normal y las fronteras entre la timidez y la fobia social no son claras. Muchos fóbicos sociales consideran que esta es su forma de ser, su personalidad, y por tanto incambiable.
Existen dos tipos de fobia social:
1. ESPECÍFICA: consiste en la fobia a situaciones sociales muy concretas, no a todas. Es decir, puede sentirse incapacitado para comer en público, pero no para hablar ante los demás.
2. GENERALIZADA: consiste en la fobia a todo tipo de situaciones sociales, como por ejemplo, hablar en público, caminar por la calle, trabajar mientras es observado, ir al cine , fiestas, etc.
Cuando el problema, interfiere acusadamente con tu rutina normal, con tus relaciones laborales, académicas o sociales, o bien te produce un malestar significativo, puedes ponerte en contacto con un psicólogo que te ayude a seguir un tratamiento personalizado.