La obsesión por la limpieza y el orden, también denominada síndrome del ama de casa, es un trastorno obsesivo compulsivo, que incluye una serie de manías y rituales a la hora de hacer la limpieza o de llevar a cabo las tareas del hogar, acciones que son realizadas de forma repetitiva.
Las amas de casa entran en este problema muchas veces sin darse cuenta. Poco a poco comienzan a dedicar cada vez más tiempo a las labores del hogar y todo lo relativo a la limpieza les genera una fuerte angustia y malestar. Estas emociones las llevan a limpiar y ordenar de forma repetitiva porque creen que solo de esta forma podrán aliviar su nerviosismo e incomodidad. En principio estas acciones las tranquilizan, pero sólo hasta que descubren algo de sucio o desordenado.
El problema convierte a estas personas en esclavas de la limpieza y del orden. Al mismo tiempo , los familiares también se ven afectados. Las casas acaban transformándose en auténticas exposiciones, tipo museo y poco aptas para la convivencia. Las actividades cotidianas acaban realizándose en garajes y patios, con el consiguiente deterioro de las relaciones familiares.
Las personas afectadas por este trastorno obsesivo presentan las siguientes características:
- Pensamientos repetitivos, preocupaciones, derivadas de las consecuencias magnificadas que prevén en caso de no realizar determinados actos de limpieza.
- Anticipación de las acciones que tienen que realizar al cabo del día, de forma que tienen serias dificultades para centrarse en lo que hacen en ese momento.
- Sensación de angustia, inquietud y nerviosismo provocadas por estos pensamientos.
- Conductas impulsivas de limpieza y orden que solo en un primer momento calman su ansiedad. Resistirse a realizarlas no hace más que agravar sus preocupaciones.
- Se involucran en pocas actividades satisfactorias, de ocio, con la excusa de falta de tiempo.
En lo relativo al bienestar de estas amas de casa, la mayoría de ellas estaría en situación de baja calidad de vida, sobre todo por la insatisfacción que esta situación les produce, y por la no realización de actividades remuneradas. Otra cuestión es la sensación de dependencia económica que les genera cierta frustración e inseguridad al no trabajar fuera de casa.
Los factores culturales ayudan a desencadenar el problema. Evidentemente afecta a más mujeres que hombres debido a que tradicionalmente la limpieza y el mantenimiento del hogar ha recaído en ellas. El trastorno ha tenido un origen cultural y de aprendizaje, pero el problema se manifiesta principalmente en mujeres que tienen falta de afecto o que han vivido algún acontecimiento estresante.
El tratamiento suele ser complicado, ya que las personas afectadas suelen negar el problema. Cuando deciden tratarse, se les puede enseñar técnicas de relajación y control de ansiedad. Con la intervención psicológica el porcentaje de recuperación es alto, entre el 80 y 95 % de los casos tratados.