Muchas personas han sufrido o sufren en silencio la distimia. Siguen con sus vidas como pueden, pensando que son pesimistas por naturaleza, que es su forma de ser, que nada pueden hacer para mejorar y por ello no buscan ayuda profesional.
Son personas que padecen lo que se denomina “depresión crónica” o “pesimismo existencial”.
Según los estudios, afecta entre un 6% y 10% de la población. Es un trastorno poco diagnosticado y mal tratado, porque en muchas ocasiones se trata como una depresión, y el protocolo es otro. Suele iniciarse en torno a los 20 años, de forma que si aparece antes de los 21 se denomina de inicio temprano.
Es un trastorno lento, persistente que puede manifestarse durante años. Los síntomas aparecen y desaparecen, pero en general las personas con distimia se caracterizan por tener una personalidad melancólica, con dificultad para sentirse optimistas y felices.