Abuso sexual en la infancia

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 Tomamos como referencia la definición elaborada por el National Center of Child Abuse and Neglect (NCCAN).Según este centro norteamericano el 4076147-osito-de-peluche-en-un-fondo-blanco-con-saturacia-n-caminoabuso sexual comprende “los contactos e interacciones entre un niño y un adulto, cuando el adulto (agresor) usa al niño para estimularse sexualmente él mismo, al niño o a otra persona. El abuso sexual  puede ser cometido por una persona menor de 18 años, cuando ésta es significativamente mayor que el niño (la víctima) o cuando ésta (el agresor) está en una posición de poder o control sobre el menor”.

 Las víctimas de abusos sexuales suelen ser más frecuentemente mujeres que hombres. Los abusos sexuales se comenten en toda las clases sociales, ambientes culturales o razas. No obstante, sí se han detectado un mayor número de casos de abuso sexual en familias con estatus socioeconómico bajo, pero esto puede explicarse por el mayor contacto que tienen estas familias con Servicios Sociales. En el 44% de los casos, el abuso no se ha limitado a un caso aislado,

En unos casos, el abuso sexual infantil puede ser cometido por familiares (padres, hermanos mayores, etc), es el incesto propiamente dicho, o por personas relacionadas con la víctima (profesores, monitores,etc), en otras ocasiones los agresores son desconocidos. En todos los casos, los abusos suelen estar asociados a conductas violentas o a amenazas.

Por lo que se refiere al acto abusivo, este puede ser sin contacto físico (exhibicionismo, relatos de historias sexuales, proyección de imágenes o películas pornográficas, masturbación delante del niño,…etc) o con contacto físico (tocamientos, masturbación, contactos bucogenitales o penetración anal o vaginal).

El abuso sexual suele provocar en las víctimas numerosas secuelas negativas a nivel físico, psicológico y comportamental. Además, determina la presencia de trastornos disociativos de la personalidad, como son alcoholismo, toxicomanías, y conductas delictivas, aparte de graves problemas en el ajuste sexual.

Personalmente opino que no todos los niños presentan el mismo grado de afectación. Para algunos, el abuso puede significar un trauma, es decir un acontecimiento al que no encuentran explicación y que experimentan como algo insuperable. Y para otros, las consecuencias pueden ser diferentes. Los menores víctimas de abusos pueden convertirse en potenciales agresores; suelen manifestar conductas hipersexualizadas, como la masturbación compulsiva, conductas seductoras o un exceso de curiosidad por los temas sexuales.

Por ello, son muchas las víctimas que requieren tratamiento psicológico, para superar las consecuencias derivadas de la experiencia traumática. En cualquier caso, la intervención con este tipo de víctimas, debe tener como objetivo garantizar la seguridad del niño para evitar la ocurrencia de nuevos sucesos. El tratamiento debe ir orientado a dotar al niño de las estrategias adecuadas para evitar posibles situaciones de agresión y, de las habilidades necesarias para informar de sus ocurrencias.

Como padre, educador o profesional, ante un caso de abuso sexual o sospecha del mismo, puedes seguir las siguientes pautas:

  • Propiciar la confianza de los niños, escucharles y animarles a hablar.
  • Creer al niño. Cuando los niños cuentan un abuso, no mienten casi nunca.
  • Decirle que no es culpable, el responsable siempre es el agresor.
  • Hacer que se sienta orgulloso de haberlo contado.
  • Asegurarle que no le ocurrirá nada, que no se repetirá el abuso, que no habrán represalias.
  • Expresarle afecto. Necesitan sentirse seguros y queridos, pero no sobreprotegidos y agobiados.
  • Comunicar el abuso a la familia o a los Servicios de Protección de Menores.
  • Buscar ayuda profesional para tratar posibles secuelas.